martes, 12 de noviembre de 2013

Las palabras perfectas

Ayer veia por no que vez ( he perdido la cuenta) " Love Actually". La pelicula es de esas obras corales en que un grupo de personas , desde el presidente de Inglaterra hasta un niño que acaba de perder a su madre ,intentan sobrellevar su dia a dia como buenamente pueden.

Los noventa minutos que dura estan llenos de grandes escenas pero hay una en concreto que me encoge el corazon cada vez que la veo: uno de los protagonista esta enamorado de la mujer de su mejor amigo y no sabiendo como decirselo opta por llamar a su puerta y pidiendole silencio le muestra una serie de cartulinas donde entre felicitaciones navideñas le escribe dos palabras " eres perfecta"...ni un te quiero, ni un te amo...solo un " eres perfecta".

Esta escena me ha venido a la mente en multitud de ocasiones en las que ante la necesidad de expresar sentimientos he preferido un papel blanco que una frase hecha. Quizas sea mi nula capacidad de trasformar sensaciones en palabras, quizas sea que tengo la mala costumbre de forjar sentimientos desde las visceras y su expresion linguistica se pierde en el largo camino hasta la boca....que se yo.

Lo que si se es que hay palabras que pierden su origen y sentido desde el momento en que las hacemos cotidianas y comunes, los " te quiero" pierden su bello significado cuando los mezclamos arbitrariamente entre las " buenas noches" y el " acuerdate del pan cuando salgas de trabajar", el " te amo" se ha deslucido y el " te necesito" tiene tintes demasiado dependientes...si a esto le sumamos la moda de traducir cualquier cosa al ingles acabando las frases en un "I love you" " missing you" o " I need you" , el resultado queda a la altura de un chiste de facebook.

Si no me falla la memoria ( que seria probable) pocas veces ha salido "te quiero" de mi boca, quizas a mi compañero de vida para que no lo olvide en su camino a la independencia, por lo demas he optado por callar y dejar que una cancion o un texto hablen por mi .

Y aunque ha habido momentos en que las palabras formaban un nudo en la garganta pugnando por salir, he tragado saliva y las he devuelto al lugar donde deben estar, en esas visceras que , al final, son quien deben decidir que palabras son las perfectas.