Conoci la obra de Gabriel Garcia Marquez como la mayoria de los mortales, es decir en la lista de lecturas obligatorias de 3º de B.U.P. ( si, efectivamente, hay quien somos anteriores a la LOXE, Plan Bolonia , ESO y demas reformas educativas) . "El coronel no tiene quien le escriba" me parecio dolorosamente tierna y "El amor en tiempos de colera" me enseño que los amores fantasticos podian existir aunque fueran entre letras y tinta.
No recuerdo cuando fue la primera vez que lei "cien años de Soledad" o como cayo en mis manos el libro que cambio mi vida.... solo se que mientras Rebeca Buendia se arrodillaba en un patio esteril ,yermo de vegetacion, y llenaba su boca de tierra astera , llore. Llore como nunca habia llorado, como debia de haberlo hecho cuando el amor me habia arañado el alma, cuando la felicidad habia inundado mi corazon...llore por la vision del desconsuelo ,por la brutalidad del sentimiento.
Tampoco recuerdo cuantas veces he abierto su primera pagina ,mientras sus primeras palabras me llevaban a un muro de fusilamiento y me sumergia en una aventura que solo acababa cuando Soledad se iba en la ultima pagina y cerraba el libro...libro que ha cambiado de forma, formato, textura pero que siempre he tenido al alcance por miedo a perderlo en los trasiegos de la vida.
Lo que siempre recuerdo es que Macondo, desde ese primer dia en el que llore, ha sido mi lugar en el mundo. Un lugar desubicado en los mapas, dificil de acceder, privado de materialidad, libre de hostilidades, puro de experiencias. En Macondo puedo sentarme en una mecedora de enea mientras observo a la bella Amaranta darse baños de alacranes, espiar a Melquiades hacer magia en forma de Alquimia, sufrir insomnio, vivir amores extremos e incestuosos, guerras, treguas, muertes,resurecciones.....en Macondo solo has de sentirte Buendia para que todo sea posible.
G. Garcia Marquez ha muerto hace unos dias. El Nobel de gesto huraño y caracter intratable no volvera a regalarnos presonajes a los que querer y odiar, situaciones que hacen que la piel sienta ...se ha ido ,como ultimamente se estan yendo todos los grandes,dejando ese vacio incomprensible, haciendonos mas huerfanos, desprotegidos de genialidades a las que acudir cuando la realidad se empeña en ser demasiado mediocre.
Hoy, cuando llegue el atardecer y haga mio el sofa, volvere a abrir la primera pagina de "cien años de Soedad" y mientras un peloton de fusilamiento apunta al coronel Buendia ,sonreire sabiendo que ,pase lo que pase, siempre me quedara Macondo.