domingo, 14 de junio de 2015

A destiempo...

Andaba jugando con una de mis personas favoritas cuando ,sin pretenderlo, sin avisar, fui consciente de algo que se ha ido cociendo  a fuego lento. La dinámica del juego era sencilla, mientras mi pequeño gran hombre desafiaba las leyes de la gravedad lanzando pelotas en una pequeña piscina de plástico, yo,tumbada en una hamaca,cerveza en mano,lo animaba a gritos ( que a riesgo de que alguna supernanny se sienta ofendida,yo soy de las que piensa que a los niños hay que gritarles desde pequeños lo maravillosos que son, que ya la vida se encargará en su momento de contradecirme). En uno de los lanzamientos, la pelota estallo tan fuerte contra el agua que los dos participantes destrollers acabamos empapados y muertos de la risa. Y fue justo en ese instante, cuando nuestras carcajadas resonaban en mis oídos , un resorte se disparó en el mismo epicentro de mi cabeza...justo en ese instante,absurdo y feliz , me di cuenta que ya el tiempo estaba de mi parte.

Me he pasado semanas,meses,años viviendo con el reloj desajustado, con una chistera acoplada ,llegando siempre o demasiado pronto o irremediable tarde . Corriendo, con las prisas enganchadas a la espalda, mutando de pieles ajenas dejando la mía olvidada en un cajón . Perdida en laberintos en los que las puertas se cerraban en las narices , sin opción a réplica, sin poder alzar la voz. 
Semanas,meses,años con el corazón desicronizado y el alma mareada de tanto divagar. Sin tregua,sin descanso,sin una gota de agua que sacie la sed que da las largas carreras que te dejan sin resuello .

Y ahora, después de haber besado el polvo del camino al caer, después de partirme en cuatro cuando los recuerdos se hacían insoportables, después de aceptar que ,a veces,sólo a veces, las cosas no salen como uno esperaba, después de llorar lo inllorable...después de todo eso, mi reloj se ha ajustado, de un manotazo me he desecho de la incómoda chistera y he dejado de correr.
Las carcajadas de mi persona favorita me han recordado lo bien que se esta fuera del laberinto,sin puertas que abrir o cerrar, viviendo en una única piel, la mía. Carcajadas que han sincronizado el tempo de un corazón sanado , carcajadas que le han dado un respiro al alma, carcajadas que saben a agua fresca y a descanso.

Pasado el momento, intentando arreglar el estropicio para minimizar la bronca que nos íbamos a llevar por llenarlo todo de agua, al mirar los ojos de mi pequeño gran hombre dándole las gracias por ser parte de mi felicidad , me he despojado de todos los relojes y me he propuesto que ,a destiempo , sólo me tomare el café.