lunes, 6 de febrero de 2012

Tu y yo....

Se veian muy de cuando en cuando en fiestas de amigos comunes…ahora un cumpleaños,ahora un partido importante de futbol…ahora una simple copa.Siempre rodeados de cuerpos,de caras,brazos,palabras vacias  y ajenas a ellos.Sus miradas se cruzaban en la distancia,se parapetaban en la seguridad que da la oscuridad para observarse,medirse,sentirse.

El había dejado de creer en el mañana y vivía el hoy como si fuera el ultimo dia, ella soñaba cada noche en un futuro sin rostro.El valia mas por lo que callaba y ella hablaba por los codos.El  se indiganaba con cualquier injusticia que leia en las noticias,ella vivía un mundo paralelo para no sufrir.El mataba por el chocolate,ella moria por un café bien cargado.El alto,ella  bajita,el introvertido,ella hipersociable,el romantico  fustrado,ella soñadora empedernida……el  el sol,ella la luna.

Un dia de esos en que la diosa coincidencia les hizo volver a juntarse ,sus ojos se cruzaron y se vieron por primera vez como nunca antes se habían mirado.El supo ver en ella toda la dulzura que llevaba escondida en su interior,ella descubrió en los brazos de el ese abrazo deseado cada noche.Como si de una extraña danza se tratara se fueron acercando lentamente,abriéndose paso entre aquellos cuerpos,aquellas caras,aquellos brazos,aquellos que de cuando en cuando los habían mantenido en la distancia…

A solo dos centímetros el uno del otro sonrieron sabiéndose afortunados de haber sabido mirarse ,de haberse encontrado entre la multitud….el alto e introvertido supo que con ella volveria a creer en el mañana,ella bajita y charlatana pudo con el ponerle cara al futuro.Y cogidos de la mano,sin decirse una palabra huyeron de aquella fiesta…hacia donde solo ellos lo saben.


1 comentario:

  1. Y aunque todos sabemos que el sol y la luna tienen vetado quererse, cuando la luna, fiel a sus creencias, se alejo de el, el sol, prendado de ella, ya nunca la olvidaría. Todos los días, a la hora del "tramonto", cuando ella asoma su rostro, se dice que el, parando por unos instantes el tiempo, se oculta observandola con la esperanza de algún día volver a tener su sonrisa. Esperando la noche en la que, oculto, vuelva a encontrar su mirada.

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