Este palabro tan profesional y retorcido es como se denomina a la programacion de la finalizacion de vida util de un objeto o servicio. Segun los marquetinianos que de todo lo que sea vender, producir o consumir saben mas que nadie, la obsolescencia programada fue concebida justamente para eso; para vender,producir y consumir. Asi pues, si nuestra impresora, esa que escanea y fotocopia a color a la velocidad del rayo ,un dia sin venir a cuento, cuando necesitas ese power point que te piden para ayer, muere y por mucho que la desenchufes, la vuelvas a enchufar, toques todos los botones de los que dispone no da señales de vida es porque cuando fue fabricada se le inserto un chip con una cuenta atras en la que su pena de muerte estaba sellada.
Pero como toda regla tiene una excepcion, en Livermore, California ( de la California de los USA de toda la vida) una bombilla lleva mas de cien años encendida en un parque de bomberos.Cien años dando luz, desde su cristal y sus filamentos...pasandose por el mismo arco de Triunfo a los gurus del Marqueting y a la obsolescencia programada.
Mientras cambiaba el fluorescente de la cocina pensaba en si las relaciones tambien estan sujetas a la obsolescencia programada... esas relaciones que viene y van pero que no se quedan, nacimientos de ilusiones y muertes subitas de futuros vienen ya tatuadas con su fecha de caducidad? quizas si supieramos que el boton de cuenta atras esta activado desde el primer contacto llegariamos al ruedo con la paleguilla bien colocada y sin miedo a la cornada.Nos sentariamos, la descorchariamos como un buen vino, dejandola respirar , bebiendola a sorbitos,paladeando cada gota de sabor y cuando se acabara no nos defraudaria, como mucho una ligera pena nos embargaria fruto mas del estado etilico que de la perdida en si.
Devuelta la luz a mi cocina , mirando el aseptico y brillante fluorescente mi yo mismo mas soñador se empeño en recordarme la bombilla del parque de bomberos yanquis. Esa bombilla centenaria que rompe las reglas marquetinianas tambien puede que exista en las relaciones y una entre un millon venga tarada de serie sin el chip de defuncion. Pasen los dias, los meses ,los años y el vino gran reserva se va volviendo añejo, reposado pero conservando la frescura del descorchado, sin final en la botella.
Apago la luz, suspiro y vuelvo a la vida cotidiana a la espera de que me falle la impresora o el nuevo fluorescente sea centenario.
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