Viernes noche, en una terraza de pueblo entre tapas gallegas y cerveza, mucha cerveza...un grupo de cuarenteños, todos ellos muy intelectuales, muy culturetas, muy creativos y como no, muy muy alternativos, divagan sobre las actividades a realizar en futuros findes.
Entre expos de fotos en el CCCB, teatro independiente en el Lliure y acusticos varios se cuela un " vamos al bingo". Se hace el silencio y empieza un cruce furtivo de miradas con el proposito de dislucidar de boca de quien han salido esas tres palabras..... uno de los cuarenteños, muy intelectual, cultureta , creativo y tambien, para que negarlo , muy gay, hace girar los ojos cual Marujita Diaz dando por resuelto el misterio.
Es justo en ese momento de silencio en el que una misma que es cuarenteña, intelectual, cultureta y creativa donde percibe la ocasion de oro para hacer surgir su lado mas cañi, suburbial , Estebista para apuntarse al carro de la descabellada idea con pequeños gritos de : si si si...por fi por fi por fi!
Porque no nos engañemos , estimular la inteligencia a base de cultura es el mejor afrodisiaco para los que creemos que hay vida mas alla de Telecinco pero entre Kafka y Polanski siempre hay un hueco para darte un buen baño de realidad española...y para eso, señores mios, no hay nada mejor que un Don Pelayo de los Pelayo de toda la vida.
Esas salas iluminadas con neones de colores, en esa linea fina que separa un bar de copas de un lugar de alterne...esas mesas redondas , combinacion de marmol y maderas ribeteadas en dorado...esas paredes pintadas en veneciano color melocoton... esas canciones de hilo musical mezcla del Puma y la Pantoja.
Y si esto no es suficiente para ir de cabeza a pasar la noche en el bingo solo es necesario conocer su publico....ese microuniverso de perlas cultivadas, mechas californianas rematadas con hondas hechas a tenacilla, ojos pintados de azul celeste o verde esperanza, segun la blusita escogida para la ocasion.... esos trajes de corte Sepu, color imposible, calcetines blancos y zapatos de tacon cubano.
Fauna y flora con la que en circunstancias normales, de esas en las que tu vistes jeans G-star y calzas las ultimas Air Max vintage, no irias ni al bar de la esquina, pero que te acogen en su bioesfera, te adoptan a golpe de carton y te tranquilizan con un: hazme caso cielo...a mi lado no te pasara nada. Y tu sonries y te dejas llevar por los numeros cantados en off, por las copas en vaso de tubo ( el fascinante mundo del gintonic en copa de balon no ha tenido arrestos para encontrar su sitio en este lugar) , por la distorsion olfativa que provoca el conjunto de perfumes, aftershave y olores corporales.
El bingo te enbriaga, te emborracha desde el minuto cero, te excita y te enamora...tanto, que cuando menos te lo esperas, una noche cualquiera, en un bar de pueblo , al oir un "vamos al bingo? " te ves dando grititos al son de : si si si por fi por fi por fi!!!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUnas carcajadas altisonantes recorren la sala..El hombre del micro interrumpe el mantra númerico, las abuelas en trance giran la cabeza, los señores aprovechan para mirar los escotes de las chicas de los cartones y estas a su vez mueven sus pies doloridos mirándose aburridas. El hombre de la mesa seis no ha cantado bingo, ha reido desafinado, eso si, fuera de tiempo y de lugar. El del micro que estudia filosofia a distancia, recuerda una máxima de Aristóteles "La risa es el músculo del alma" diagnóstico: El de la seis tiene una arrítmia existencial, en mi turno, mal vamos. Agarra el micro, pulsa la tecla verde y con voz de Constantino Romero musita: - Seguimos para bingo.
ResponderEliminar