Mi sueño recurrente es clicar en los buscadores de vuelos y visualizarme en todos esos lugares que un día espero vivir, oler, sentir..... Notar que mis pupilas se engrandecen ante la inmensidad de NY, pasear por Rockeffeler center, tomar un caffe late en vaso de papel mientras me empapo de las últimas tendencias de la quinta avenida, pegar mi nariz en el escaparate de Tiffany's y sentirme tan especial como la Hepburn , pasar la mañana en el MOMA, la tarde en Central Park y la noche en el Soho.
Perderme en los olores de los zocos de Estambul, sentir como el agua caliente de los baños árabes abren los poros de mi piel, fotografiar sus colores vivos, intensos, tomar un te con sabor especiado, callejear hasta perder el sentido del tiempo, ver amanecer en la Capadocia y despedir el día en Petra.
Vestirme con vestidos vaporosos y dejar que la decante Habana me atrape, pedir un mojito en el Floridita esperando que Hemingway me cuente un cuento que me crea, buscar el rincón más oscuro del Malecón y besar hasta que mis labios queden hinchados y doloridos, imaginar que me cruzo con García Márquez visitando el instituto cinematográfico , desayunar a ritmo de tamborino y cenar bailando cumbia.
Y como hace más de veinte años, mi sueño recurrente siempre acaba cuando tecleo París en el buscador. Ese París que dejo de ser ciudad para convertirse en un estado de ánimo , ese barrio de Montmatre en que ser bohemio es la única opción, empaparte de su cultura, de su sabiduría, de su arte en la totalidad de su palabra. Superar el vértigo y enamorarte bajo la suave luz de las farolas de Sant Michel en Montparnasse...dejar que el Sena sea testigo de promesas largamente esperadas.
NY, Estambul, La Habana, París.....o Mozambique, Moscú , Praga, Tokio....todo un atlas por descubrir, mundos y gentes que vivir, lugares que recordar, experiencias para emprender.....viajar es mi sueño recurrente cuando los días vienen mal dados...viajar desde la ilusión, dejando que el corazón me lleve.
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