La cuestión es que nos hemos convertido en una generación de hiperactivos en serie. No hay momento del día en que no estemos ocupados; trabajamos, estudiamos, vamos al gym,a danza del vientre,a aprender a cocinar, a exposiciones, cines,teatros,copas, citas,compras...y un sin fin de actividades que nos dejan al final del día más muertos que vivos. Y este trajín, durante lo que llamamos "vida normal" , es medianamente aceptable y hasta ,si me apuras, aceptable ....el problema llega cuando ,de repente, sin previo aviso, llegan las ansiadas vacaciones. Semanas, días, horas sin trabajo, estudios, danzas varias y compromisos propios y ajenos....semanas, días, horas y la nada por delante.
Así, a bote pronto, da miedo ( acojona que dirían en mi pueblo) . Pero no, porque los humanos solemos ser resolutivos de serie, por lo que rápidamente, antes de que el cuerpo empiece a achacar los primeros síntomas de abstinencia , nos embarcamos en cualquier actividad que este al alcance de nuestra mano . Y los hoteles que nos conocen, que para eso se han gastado una pasta en un estudio de mercado, nos ofrecen un abanico de posibilidades; aquagym, tiro con arco ( sin comentarios) , clases de yoga, ping pong, minigolf, timbas de cartas, de domino, de Wii....."piensa en que quieres hacer y nosotros te lo conseguimos" ...ese es el lema, el objetivo.
Y es en este punto, en el que sólo de pensar en llevar a cabo cualquiera de las cosas que nombraba anteriormente me produce un estrés galopante, en el que agradezco a los Dioses el haberme dotado de lo que las malas lenguas llaman defectos. Mi pereza extrema y mi dispersión natural han hecho de mi una experta en el noble arte del Dolce far niente, capaz de pasarme horas con la vista perdida, sin mirar un punto fijo. Meter los pies en el agua helada del mar, mover los dedos fríos y notar como se relajan. Tumbarme en una hamaca a primera hora de la mañana, antes de que los temidos "animadores" hagan suya la piscina, y notar los primeros rayos de sol en mi piel. Abrir un libro y no pasar de la primera página, dormitar mientras el aire entra por la ventana. Pasear por un camino de piedras, sin rumbo ni destino...
No hacer nada, no pensar,no hablar, simplemente sentir es un arte al alcance de pocos pero lo que esta clarísimo es que quien es capaz de dominarlo , no se sí será más feliz pero por lo menos vivirá menos estresado.
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