Este largo fin de semana un grupo de cuarenteños , mientras aplacábamos el frío montañés a base de vino y risas ,teorizábamos sobre este fenómeno que parece haberse puesto tan de moda ,preguntándonos como en un mundo regido por un fino hilo de vidrio llamado fibra óptica que une a humanos a miles de kilómetros de distancia no somos capaces de comunicarnos con quién está a nuestro lado. Mi " antes rubia,ahora castaña clara" preferida, tras su tercera o cuarta copa de vino sentencio : cobardía , eso es de cobardes. A lo que una misma ,con ese poder de mimétizacion que dios me ha dado, apostille : y de muy mala educación ( ya, se que puede parecer que mezclo churras con merinas pero para una fiel defensora de la buena educación , en la comunicación son básicos los buenos modales). Y así, sin más ,pasamos a discutir sobre la posible independencia de Cuenca.
Horas más tarde,en una cama prenordico, bajo el peso de cuatro mantas me embargó una terrible tristeza. En qué momento nos convertimos en analfabetos emocionales? Tanto pesan los arañazos del pasado que no dejan que la balanza se incline por las cosas buenas que nos llegan? Tiene razón mi "antes rubia,ahora castaña clara" preferida y todo se reduce a simple cobardía y mala educación?
La comunicación es la espina dorsal de las relaciones,con ella sabemos el terreno que pisamos, a donde vamos y de donde venimos, si el camino lo hacemos solos o acompañados. Sin ella no dejamos de ser ciegos dando palos a fantasmas que ni tan siquiera existen. Yo, ferviente fan de las palabras,creo incondicionalmente en la comunicación , en la expresión de sentimientos..... Y sobretodo y ante todo ,creo en la valentía de construir utilizando esas palabras, en la buena educación que proporciona la expresión de esos sentimientos.